“Vamos por el futuro, transitemos un camino diferente”, esa parece ser la consigna, a la que tenemos que sumarnos en el presente, dejando atrás un pasado, que no nos deja otra alternativa.
Nuestra humilde, aunque experimentada visión de la realidad, que por supuesto, no es una verdad revelada, ni nada por el estilo, nos da un firme convencimiento, somos los argentinos propensos a repetir los errores del pasado y parece que a varios los encuentra desprevenidos.
Hay que transitar un camino diferente. Hay que buscar nuevas oportunidades. Dejar atrás las mismas prácticas, métodos, herramientas y programas. No podemos permitirnos más, cambiar solo algunos nombres, usar otros apellidos, pero seguir haciendo más de lo mismo. La globalización arrollante de los 90 viene cambiando nuevamente y la realidad nos muestra esos cambios.
Ya sabemos muchas cosas y tenemos diagnósticos sobre otras: lo primero, lo caro que estamos en nuestro país, fabricar y/o comprar al por mayor o menor a nivel local versus importar es, nuevamente y como en la década del 70/80 una obviedad. Día tras día, observamos que las exportaciones en casi todos los sectores de nuestra economía se van degradando, por diversos motivos: nos falta cantidad con la calidad adecuada, tenemos alta presión impositiva, falta de insumos alternativos, no hay capital de trabajo, tenemos enormes costos de logística, no hay inversiones en programas sanitarios, la expulsión y desaparición de actores económicos por falta de competitividad y de productividad es alarmante y carecemos de valor agregado en nuestra producción primaria.
También tenemos claro, que si todo este combo los subsidiamos, como se hizo, no hace mucho tiempo en el pasado reciente, tenemos un suicidio anunciado y si en el presente lo dejamos al libre mercado, con políticas macro, nos ahogamos en la pobreza y en la exclusión.
Hay que buscar ese camino diferente, por el cual transitar al futuro. Para ello entre otras hay muchas alternativas, nosotros hoy en la presente nota, queremos rescatar dos de las cuales hablamos desde hace muchos años y lo que en muchos lugares del mundo está transformando el comercio internacional, la Asociatividad Empresarial Internacional, programa de nuestra autoria y el Comercio Electrónico Virtual.
La primer denominación, la de Asociatividad Empresarial Internacional, nos permite definir con mayor claridad y precisión, las nuevas relaciones entre empresarios, de diferentes orígenes, de diferentes países y costumbres y nos permite precisar las nuevas y distintas etapas de las relaciones internacionales, que inevitablemente, se deben producir, para poder integrarnos al mundo y por ende crecer.
Nosotros no hablamos ni de subsidiar, ni de integrar productores entre sí, ni de cadenas, ni de préstamos. Nosotros hablamos de “asociar” a nuestros productores en capacidad de exportar o a nuevos emprendedores, pero sin capital, ni posibilidad de inversión alguna; con comercializadores y distribuidores internacionales, que si tienen los mercados, el capital y los recursos. Mediante la instrumentación legal de los fideicomisos de producción y de comercialización.
Lo que necesitamos ahora, es el capital o la inversión y la forma de obtenerlo, no es subsidiando, ni prestando y/o endeudándonos. Lo que necesitamos es asociar a nuestros productores, emprendedores o Pymes del sector que sea, con los comercializadores o distribuidores, que están en el mundo, sean empresas o individuos.
Lo instrumentaremos mediante un fideicomiso de producción y comercialización, donde ambos: los productores, emprendedores y nuestras Pymes, juntos a los comercializadores y distribuidores serán los fiduciantes y beneficiarios. Los bancos o fundaciones de bancos o fondos de inversión, que participen en el negocio, serán los fiduciarios.
Tenemos que empezar ya, con la implementación de programas que nos lleven a transitar un camino diferente. Si no podemos cambiar de modelo productivo, adoptemos a una forma de producción y comercialización distinta, esto es asociada.
Vamos por el otro ejemplo y la concreción de un segundo programa que necesitamos ya mismo. Esto es, un “Portal de Comercio Electrónico Empresarial Argentino”.
No tenemos en Argentina, desde lo gubernamental, ni mixto público – privado, sea a nivel nacional o provincial, un programa que trabaje abiertamente, mediante un Portal de ofertas de productos y carecemos por tanto de que las empresas, sumen sus catálogos virtuales, preparen desde cada lugar y rincón de la Argentina, paginas o blog, on line.
Desde los 90 bregamos por ello, fracasando en nuestra predica. Sin embargo, allá también por los 90, nació un privado, que llamo a su programa “Alibaba” y lo transformó en una empresa de tal magnitud y riqueza que hoy no solo cotiza en la Bolsa de Nueva York, sino que ha llamado la atención de Gobiernos y de distintos fondos internacionales de inversión.
Por eso y mucho más, es que necesitamos en Argentina y/o por lo menos a nivel provincial, en Nuestra Mendoza, un Portal de comercio electrónico, que aliente a la internacionalización de nuestras Pymes.
Con esa determinación clara de transitar un camino diferente y adoptando en principio estas dos alternativas y programas, vamos a avanzar al futuro. Porque aquello por lo que militamos desde 1995, no solo ha llegado a nuestra puerta, está hoy en su apogeo y en plena expansión y será lo que veremos en los próximos años.
Hoy debemos trabajar, en las herramientas, que necesitan nuestros empresarios, más allá de la política y nuestros empresarios y fundamentalmente nuestros emprendedores y Pymes, necesitan de herramientas e instrumentos idóneos para enfrentar la globalización, en su aspecto de hoy y con la cara de los cambios que se ven venir en el corto plazo.
Dr. Jorge Nelson Ripa
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