Y si, sin duda alguna, el semáforo económico – social que teníamos en amarillo pasó en los últimos años a rojo y la pregunta es qué sigue, con que luz nos encontraremos recorriendo el próximo tramo del camino.
Desde hace muchos años, nos señalan que vamos por un camino transformador y la realidad nos muestra con toda claridad que solo fueron promesas y puros relatos, los que nos sacaron del camino y nos metieron en un túnel sin crecimiento, ni desarrollo económico.
No tenemos interés en analizar en esta nota, las causas, ya sea que provengan del saqueo de los muchos o de algunos de los actores sociales que actuaron en el tiempo. Para ello, hay especializados analistas.
Tampoco nos interesa involucrarnos en la denominada desde hace un tiempo batalla cultural, porque lo que nos interesa hoy, es apuntar a los desafíos de los cambios y no a la batalla por el poder, ni a cuestiones políticas, ni a las disputas entre el bien o el mal.
Nos interesa resaltar y tan solo como ciudadanos de a pie, que todos esos prometidos y discursivos relatos, nunca profundizaron en lo más importante, esto es, en el desafió del cambio cultural generacional necesario para reconstruir el deterioro de Nuestra Argentina.
Somos parte de una generación que se va agotando en los distintos tiempos vividos, que se quedó en relatos del pasado y que le cuesta aceptar el desafió del necesario e imprescindible cambio cultural, actual y futuro.
Vivimos en un mundo contradictorio e imprevisible, donde por un lado existe una guerra real cuerpo a cuerpo y atroces conflictos políticos, comerciales y de extremismos de diversos tipos, donde la globalización cede paso a la desglobalizacion y al multilateralismo y por otro lado convivimos en avanzados tiempos de redes globales, de la digitalización, de la cuarta revolución industrial y en el de la Inteligencia Artificial.
Por ello, hoy más que nunca, debemos a las generaciones que vienen señalarles a fuego, que el único y verdadero desafío es por un cambio cultural, que termine definitivamente con más de lo mismo.
Transitamos este túnel de luces rojas encendidas, donde vemos prevalecer la injusticia sobre la justicia, donde imperan valores del pasado, que no nos representan.
Estos cambios actuales y futuros que necesitamos urgentemente poner en práctica, son en este tiempo, son el ahora, el ya y debemos comenzar en nuestra comunidad, en los lugares de trabajos y en todos los ámbitos de nuestra cercanía.
Un cambio cultural con valores innegociables que se deben exigir a toda la dirigencia, esto es honestidad en toda actuación, dejando atrás el pasado y una mirada crítica en la forma de conducir nuestros recursos económicos, con acciones inmediatas y positivas, para ello, siempre proponemos nuevos programas y propuestas de crecimiento y desarrollo.
Ese es el único y verdadero desafío, el cambio cultural generacional, actual y futuro. Ese debe ser y será parte de nuestro legado.
Dejaremos por un tiempo de lado estas notas y opiniones y nos abocaremos a fomentar la propuesta de conformación de los Fideicomisos Financieros de Producción y Comercialización y a consolidar la Red Global de Asociatividad Empresarial.
Quizás así logremos salir del túnel y empezar a recorrer un camino de crecimiento y desarrollo económico y social, con otras luces y en otros tiempos.
Jorge Nelson Ripa